Leonora Carrington no pintaba el mundo como es.
Pintaba el mundo como respira en sueños.

Artista surrealista, escritora, alquimista de imágenes, su obra despliega una naturaleza mágica: selvas encantadas, árboles que caminan, mujeres que se transforman en animales o raíces, valles donde todo late al ritmo de una vida secreta.

Carrington entendía que la naturaleza no es solo materia:
es conciencia viva, sueño, mutación, espíritu.

El mundo vegetal como ser pensante

En sus cuadros, los árboles sienten, las piedras susurran, los ríos tienen memoria.
No hay separación entre humano, animal y vegetal:
todo es parte de un mismo gran ser mutante.

“Dentro de cada cosa pequeña vive un universo entero.” — Leonora Carrington

Su biofilia no es literal ni ecológica en el sentido moderno: es mítica, ancestral, mágica.

Arte como acto de metamorfosis

Pintar, para Carrington, era participar en los ciclos de transformación natural.
Crear imágenes era una forma de sembrar semillas invisibles en la conciencia:
semillas de otros mundos posibles donde el respeto a lo vivo no es ideología, sino instinto.

Sus obras nos recuerdan que la naturaleza es más extraña, más sabia y más infinitade lo que podemos imaginar.

Legado visionario

Hoy, el arte de Leonora Carrington resuena como un llamado urgente:
despertar al misterio de la vida, reencontrar lo sagrado en lo vegetal, en lo animal, en lo pequeño, honrar la metamorfosis eterna de la existencia.

Su visión sigue viva: una selva interior que florece en quien sabe mirar.

Estudia con nosotros

VIRIDITAS: Método para el Florecimiento con Santa Hildegarda de Bingen

Medita

Programa anual de meditación

Conoce nuestras acciones

Biofilia y Arte: Selvas y Bosques

Reserva tu libro

BIOFILIA Y ARTE

#biofiliayarte #konchapinos65 #arteysimbolismo #psicoterapiacontemplativa #ecopsicologia