En el corazón de al-Andalus, durante el siglo XII, floreció una cultura donde la ciencia, la agricultura y la espiritualidad se entrelazaban con la vida cotidiana. Uno de sus más ilustres representantes fue Ibn al-‘Awwām, agrónomo sevillano, autor del monumental Kitāb al-Filāḥa (El Libro de Agricultura), un tratado que no solo recoge técnicas agrícolas, sino también una visión profunda y respetuosa del mundo natural. Entre todos los elementos del paisaje agrícola, los árboles ocupan un lugar central, tanto como recurso económico como símbolo de una relación armónica con la tierra.

Los árboles como seres vivos valiosos

Para Ibn al-‘Awwāmlos árboles no son simplemente recursos productivos, sino organismos complejos y delicados que requieren atención, entendimiento y respeto. Su obra dedica numerosos capítulos a la vida de los árboles frutales, tratando con precisión temas como:

La elección del terreno adecuado.
El momento exacto para plantar.
Técnicas de injerto para mejorar especies.
El arte de la poda, no como mutilación, sino como acto de equilibrio.

En su enfoque, el árbol es un ser sensible: responde al clima, al suelo, al trato humano. Esta sensibilidad vegetal se refleja en su insistencia en observar, experimentar y adaptar el cuidado de cada árbol a su “carácter”, como si se tratara de un individuo.

La diversidad como principio agrícola

Uno de los aportes más valiosos de Ibn al-‘Awwām es su defensa de la diversidad arbórea. En lugar de fomentar monocultivos, recomienda mantener huertos con variedad de especies: higueras, granados, naranjos, almendros, albaricoqueros, olivos… Este enfoque no solo responde a razones agronómicas (resistencia a plagas, aprovechamiento del suelo), sino también a un entendimiento ecológico avanzado para su tiempo.

Cada árbol tiene un rol, un ciclo, un don. Ibn al-‘Awwām no los ve como piezas aisladas, sino como elementos de un ecosistema cultivado, donde el equilibrio garantiza la fertilidad a largo plazo.

El árbol como maestro

En varios pasajes, Ibn al-‘Awwām adopta un tono casi poético y filosófico al hablar de los árboles. Aunque su obra es técnica, se percibe una visión sapiencial: el árbol enseña al hombre la paciencia, la constancia, el arte de esperar frutos. En esto, Ibn al-‘Awwāmse alinea con la tradición islámica más amplia, donde la naturaleza es signo (āya) del Creador, y el árbol, símbolo de vida, conocimiento y permanencia.

Así, cuidar de un árbol no es solo un acto agrícola, sino también una práctica de humildad y aprendizaje.

Un legado actual

Hoy, en un mundo donde la deforestación y el cambio climático amenazan los equilibrios del planeta, la visión de Ibn al-‘Awwām adquiere nueva relevancia. Su respeto por los árboles, su apuesta por la diversidad, su ética del cuidado y su enfoque agroecológico están en sintonía con las prácticas sostenibles contemporáneas.

Ibn al-‘Awwām nos recuerda que el árbol no es solo fuente de sombra o fruto: es una presencia viva, sabia y necesaria, que merece nuestra atención y reverencia.

Ibn al-‘Awwām no fue solo un agrónomo, sino un intérprete sensible del lenguaje de la tierra y los árboles. Su obra, escrita hace casi mil años, todavía habla al presente con claridad: cuidar un árbol es cuidar del tiempo, de la comunidad y de nosotros mismos. En cada rama que crece está el eco de una civilización que supo dialogar con la naturaleza.

Estudia con nosotros:

https://thewellbeingplanet.org/educacion/diplomados/diplomado-en-ecopsicologia-y-terapias-basadas-en-la-naturaleza-2-anos/

https://thewellbeingplanet.org/educacion/cursos-medios/%F0%9F%8C%BF-curso-diseno-y-aplicacion-de-jardines-terapeuticos-viriditas-%F0%9F%8C%BF/

https://thewellbeingplanet.org/investigacion/%f0%9f%8c%bf-viriditas-la-naturaleza-como-camino-de-sanacion-mental-%f0%9f%8c%bf/